Es una de las medidas que implementará Sergio Massa para tratar de que los salarios no pierdan poder adquisitivo.
Según informa el diario Clarín el nuevo Ministro de Economía, Sergio Massa, anunciará que habrá una mejora en las Asignaciones Familiares, un beneficio que comprende a más de 4 millones de chicos de trabajadores formales.
Este incremento es como consecuencia del retraso que arrastran frente a la inflación, y por lo tanto, se dispondrá una suba de las escalas y topes que dan derecho a cobrar ese plus que va de $ 1.540 a $ 7.332 mensual, según los ingresos de los trabajadores.
Esa decisión se adoptará porque la falta de actualización de las escalas y topes está llevando a que muchos trabajadores formales estén dejando de cobrar las asignaciones familiares o estén subiendo de escala y percibiendo un valor más bajo.
Lo que pasa es que los valores del ingreso individual o del ingreso familiar que dan derecho a ese beneficio se actualizan anualmente en marzo, según la evolución de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) entre octubre de los dos años anteriores inmediatos.
La última actualización correspondió a la variación de octubre de 2021 vs octubre 2020 y arrojó un 50,62%, que se aplicó en marzo. En tanto, de octubre 2021 a junio 2022, el RIPTE aumentó un 44,85%. Y las escalas y topes quedaron en los mismos valores.
Así, el tope del Ingreso del Grupo Familiar (IGF) que era de $ 210.278 y el individual que ascendía a $ 105.139, a partir de marzo subieron a $ 316.731 y $ 158.366, respectivamente. Y se mantienen sin cambios, a pesar del aumento del RIPTE.
Esto implica que los/as hijos/as de todos/as los/as trabajadores/as que perciban hasta $ 158.366 están cubiertos por la asignación familiar. Pero “si un integrante del grupo familiar percibe un importe bruto superior a $ 158.366, se excluye del cobro de asignaciones familiares al grupo familiar”, explica ANSeS.
Estos valores se mantienen sin cambios durante un año, del mismo modo que las escalas que dan derecho al cobro de los beneficios diferenciados, decrecientes según los niveles salariales. Por ejemplo, en el caso del salario familiar por hijo va desciendo de $ 7.332 hasta $ 1.540 por hijo. Las escalas más bajas tienen un complemento mensual por hijo.
Entonces quien recibe un aumento salarial o mejora sus ingresos, tiene una reducción nominal del beneficio y si supera el tope máximo directamente deja de cobrar la asignación familiar. Eso es lo que está pasando.
En cambio, los montos de las asignaciones familiares se ajustan cada 3 meses, según la fórmula de movilidad, no así las escalas y los topes que dan derecho a cobrar ese beneficio.
La actualización anual con una inflación que se estima del orden del 80/90% implica ir perdiendo la posibilidad de cobrar el beneficio. Para que el trabajador no pierda el plus, las escalas salariales de los distintos segmentos que dan derecho al cobro deberían actualizarse como mínimo cada 3 meses, acompañando la evolución de la inflación y/o de los salarios.

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